sábado, 14 de octubre de 2017
domingo, 7 de agosto de 2016
A la vereda más angosta
sábado, 23 de enero de 2016
No room in frame (for two)
Es raro verme, ahora, leyendo como desquiciada, viendo muchas series, caminando en la noche, pensando y a la vez no pensando en nada. No entiendo cómo pasé del punto de saludar a alguien por su cumpleaños a no hacerlo, a dejar pasar panoramas, a aplazar juntas con personas, a elegir cuando quiero establecer conversaciones. Puede que tanto va el cántaro al agua que pronto se rompe (o algo así es el refrán). Tengo una revolución por dentro que me está despedazando lentamente, con dolores y heridas internas, pero tengo certeza que tal como Jessica Jones, seré capaz de sobrellevarlo. En una semana me he insolado dos veces: el sol me pide protección y tiendo a proteger siempre las mismas zonas, y siempre las obviadas sufren daños, dolor, rojo intenso y calor. Con eso he sido capaz de posponer mis pensamientos y mis cambios. Creo que Christina Rosenvinge alguna vez fue mi oráculo y dijo "en la metamorfosis no sentí dolor, me creció una cola de iridiscente color". No sé qué va a resultar de ésto, a ratos tengo miedo, sobretodo cuando me alejo de la orilla, porque cuando me propuse realizar ésto, prometí que no necesitaba ningún implemento en caso de naufragar: si todo salía mal, tenía que movilizar mis adorados brazos para llevarme hacia una isla, algún roquerio peligroso de donde huir rápidamente cuando la marea se calmara o de lleno, con ayuda de la apnea llegar a tierra firme. No entiendo por qué cuando quieres estar acompañada, todos son tan egoístas de permanecer en sus propios centros, pero cuando necesitas estar sola, no existe la empatia ni la comprensión y todos quieren tu compañía, todos te quieren cerca con la mejor cara y la peor imposición de planes y obligaciones a cumplir. ¿Debo seguir cumpliendo después de tantos años? ¿Es requerido continuar posponiendo mis necesidades por llenar ajenas? El año pasado-suena raro escribirlo así-me llevé decepciones que me volcaron como una ola inesperada y ¿Ahora se supone que debo escupir el agua, quitarme la arena pegoteada, soplarme los rasmillones y obviar que eso sucedió? Sé la respuesta y no sé si tengo ganas de verbalizarla o debería simplemente guardármela y simplemente actuar. Quisiera tener memoria de pez, pero no tengo agallas ni acostumbro a nadar en la misma dirección que la corriente.
lunes, 18 de enero de 2016
Stay high (all the time to keep you off my mind)
Yo me considero cobarde, soy capaz de preguntarme 20 veces si echarle o no azúcar a una taza de té, pero fui capaz de dejarlo todo, de cambiar mi vida inmediata, mi ciudad tan amada, mi entorno, mis quereres que puta que son hartos y cercanos a mi casa. Sé que a veces pareciera que lo quiero todo y suena así, pero puede que con un poco de disposición las cosas se arreglen o las vea más a mi favor. Si no me pueden entregar el 100% en color azul, no me enojo si me dan el 50% en azul y el restante en rojo, la idea es sentir que hubo un mínimo sentimiento de empatía, de consideración, de que alguna vez pasaste por la mente de un otro. Y eso me pudre y me ha podrido siempre la mente, porque no lo tolero, porque no estoy hecha de ese material, porque soy capaz de tolerar cualquier cosa. Creo que en ocasiones espero más valentía, no del tipo de valentía que todos consideran como tal: pequeños actos que sean capaz de mantener en constancia lo cimentado, gestos que sean continuos en el tiempo. Si estoy parada y me quitan la alfombra no es esperable que me limpie la tierra y vuelva a ponerme de pie como si nada. Las cicatrices no son lo mío, los moretones tampoco. Si me entrego, me entrego entera, no en pedacitos. No espero lo mismo pero sí alguna señal de que vamos por buen camino. Y estoy cansada de patear puertas, de golpear paredes, de llorar cuando me acuerdo, de tener una sensación de pecho apretado todo el tiempo. Estoy cansada porque pudo ser diferente, porque era capaz de dejar el pellejo con tal de mediar la situación y no puedo dejarlo pasar, no puedo y por más rabia que tenga y por más de 80 métodos pasivo-agresivos que existan para quitarme la rabia, no puedo hacerlos, no puedo, simplemente no.
lunes, 5 de octubre de 2015
Siempre habrá infiernos donde dormir
Y hoy tengo rabia por cosas chicas, pero las cosas chicas son las que más me irritan, porque llegan al punto exacto donde estalla la bomba de la incomprensión y no soy capaz de tolerarlo. El descontrol me lleva al final a tener rabia conmigo misma por no ser capaz de encapsularlo, de guardarlo y buscar una manera más sana de expulsarlo. Y ahí nace el círculo vicioso: si no soy capaz de darme un gusto "sano" (a.k.a. "hacer lo que quiero), cuando la impaciencia me lleva a explotar, no puedo negarme tamaña reacción por más que lo intente liberar con otro tipo de energía.
domingo, 6 de septiembre de 2015
Eatpraylove
Hoy vi a pulso "eat, pray, love", entre pausas de ordenar mi pieza, lavar la ropa de cama, bañar a mi perrito, lavar loza y muchos "lavares" más. Elizabeth hace hincapié en no estar por estar, en no quedarte porque sí, por miedo al cambio, por tristeza a dejar cosas atrás, porque aferrarse enfermizamente a lo que te hace infeliz pero esperando que con el tiempo eso mismo te haga feliz, es un error.
A veces tengo miedo, a veces rabia, a veces pena, a veces mucha energía, a veces motivación, a veces terror, a veces miedo y todo vuelve a comenzar. No sé mucho de historia universal, pero creo que debería leer más. Tengo muchos cómics pendientes por leer, series por ver, películas que disfrutar, comidas que probar, personas que conocer, canciones que bailar, lugares a los cuales ir, locuras por realizar, sueños por buscar, experiencias que sentir e ideas que plasmar (en letras). Y lo haré, no sé si hoy, dentro de un mes, pero sé que lo haré. Probablemente necesito recomenzar, dejar atrás todo, esa zona de seguridad en la que he me refugiado por estos veintiséis años y no pensarlo más. El miedo me retiene, pero tengo que ser capaz de retener el miedo, en un frasco con una tapa a prueba de niños y que no se pueda abrir ni el frasco romper. Mis sueños no son corrompibles, mi paciencia no es eterna, las segundas oportunidades no las regalaré, no pretendo entregar mi cabeza en una bandeja de plata a quien no la merezca. En verdad nadie merece mi cabeza, ¿Qué haría sin mi cabeza? Claro, no podría peinarme diariamente ni usar los lentes que tanto me gustan. Puede que no regale mi cabeza pero si mi corazón a quien sepa como aprehenderlo entre sus dedos, mis manos a quien aprecie mi trabajo, mis palabras a quien aprecie mi amistad, mis piernas a quien merezca reunirse conmigo, mis ganas a quien merezca que las deposite en él y mi reloj fucsia favorito que compré en Perú a quien merezca mi tiempo.
He fallado, pero eso hoy no importa, he cometido muchos errores y Sufjan Stevens lo sabe, porque él escribió esa frase, aunque lo claro es que los he cometido en mi mente (I've made a lot of mistakes in my mind, in my mind). Cabe preguntarme si significa que solo inventé los errores y los asimilé como tales no siendo equivocaciones o si erré pero no se notó y solo yo quedé con la sensación del desacierto.
Mi paciencia se descalibró desde infinita a nula, corrió de un extremo a otro, lo cual me desarticuló, pero luego fui capaz de agradecerlo: no es normal soportar todo ni a todos, aunque también es anormal la intolerancia a lo animado y a lo inanimado. Pero claro, ¿la gente pide pruebas en el camino? Si me muestro intolerante, tómalo como un obstáculo que debes sortear para que yo vuelva a tolerarte. Lo barato sale caro dicen. Si soporté subir montañas empinadas, no creo que sea gran trabajo por parte de terceros trepar un pequeño monte de arena que de vez en cuando les pongo en frente solo para saber cuánto lo desean.
Mis paradigmas fueron derrocados, mis afectos rotos, mis motivaciones truncadas, pero soy capaz de abrir los ojos cada mañana, comer ese pan tostado con palta que mi papá diariamente me prepara, subirme a su auto para que me encamine al trabajo, subirme al metro atiborrado, luego a una micro, luego trabajar y producir como un caballo de Teletrak.
Soy capaz de observar con claridad mi errores, los huevos depositados en la misma canasta una y otra y otra y otra vez. Fui justa con lo que yo deseaba en ese momento, pero fui injusta con muchas personas y situaciones, me traicioné a mi misma de pasada. Hoy soy capaz de reconciliarme con mis fallas, de enmendarlas, de enhebrar esa aguja con la dificultad añadida de mi miopía y reparar esa tela, unir los trozos rasgados y recomenzar. Puedo mirar desde otra perspectiva mi vida, en modo de desdoble y valorar, atesorar a quienes han estado en las graderías por tanto tiempo, deseando cambiar de ubicación, lo cual yo nunca permití, nunca fui capaz de abrir esa pequeña puerta y dejarlos avanzar al palco, al mismo escenario conmigo, ahí, a mi lado, codo a codo. Si el horóscopo chino dice que soy una serpiente, debo continuar observando, con calma pero sabiduría, con la paz que a veces me falta y que la leo en abundancia en mis documentos.
Hoy saqué hueso por hueso, cartílago por cartílago de mi esencia y tal como un juego de legos, lo rearmé, me costó saber donde iba cada pieza, encajé mal algunas partes, pero pude separarlas nuevamente y ubicarlas donde corresponde. Nadie asegura que resulte, pero tampoco pido certezas, solamente atesorar que lo intenté, me esforcé y dejé la piel en ello, haciendo tripas el corazón, con la dificultad que eso conlleva, pero al momento de respirar, darme cuenta que al menos continúo funcionando y solamente falta una marcha blanca para comprobar si sirvió en realidad, aunque en el fondo de mi alma, la cual nunca he visto y no sé si tenga, sé que es lo mejor.
sábado, 8 de agosto de 2015
Misunderstood
Las luces del alba (…) no sirven de nada
Don't fear
June- Pete Yorn

I walk the line
miércoles, 29 de julio de 2015
Loud Places
sábado, 1 de febrero de 2014
Please me
miércoles, 19 de junio de 2013
Cold as the deepest ocean
(http://www.youtube.com/watch?v=7LlfiBL0ED4 Milk-Garbage)
sábado, 1 de junio de 2013
Thanks for the time
http://www.youtube.com/watch?v=cfF-qQT__s4
lunes, 20 de mayo de 2013
End of night
lunes, 1 de abril de 2013
La tercera ola
lunes, 18 de marzo de 2013
Basic Space
Siempre sentí que las bibliotecas de colegio son el peor lugar, donde se esconden los marginados en los recreos porque no tienen amigos o están tristes y no quieren ver a nadie o su mejor amigo de clases faltó ese día. A veces abría la puerta de la biblioteca y siempre veía a la misma niña viendo el mismo libro de los record guiness. Probablemente intentaba romper su propio record en ver la mayor cantidad de veces el mismo libro. Suena muy a humor negro. La miraba pero en barrido, rápido, porque mirarla fijo me daba una sensación fuerte en el pecho. Nunca he sabido lidiar con la lástima y esos sentimientos donde te pones tan en los zapatos de otros que te duelen sus suelas. Todos estamos solos de vez en cuando y no sé qué tan malo sea eso.
Cuando tenía 15 siempre pensaba que me gustaría ser madrastra de un niño. Estar con un tipo que tuviera un hijo chico y que éste me quisiera a mí por malcriarlo, darle chocolates a deshoras, papas fritas y por dar pelotazos para que atrapara un gol con unos guantes de arquero negros con blanco.
A veces los olores me persiguen y me teletransporto. Por suerte terminó el colegio, pasé esa edad odiosa cometiendo mil errores y nunca enmendándolos. Hoy los miro y soy capaz de descubrir cuales fueron peores pero no puedo volver atrás o deshacerlos. La clave es saber aceptar que ante lo hecho, no hay nada cambiable y que pudo ser peor, que las lágrimas no solucionan nada.
Hoy pienso que existen cosas esenciales: mi familia que más que sean todas las personas que comparten algo de mi sangre o de mi ADN, son los puntuales con los que soy capaz de compartir y si lo veo desde el lado más científico, puede sonar irónico, pero son los que menos moléculas compatibles tienen conmigo, pero formamos un lazo fuerte. Mis amigos son mi familia. He aprendido que pase lo que pase, quienes están, deben continuar y los que quieran marcharse pueden hacerlo pero sin regreso. Si es posible entablar una conversación civilizadamente probablemente todo vuelva a ser como antes.
Durante un año soñé con estudiar otorrinolaringología. Me asustaba pensar que tenía que cursar asignaturas que me darían asco o náuseas. No soy capaz de soñar en miniatura, siempre quise hacer algo grande.
Me molesta notar que impregno aquí palabras tan básicas y que mi escritura delate el alejamiento que he tenido de los libros, que no he leído nada nuevo ni he ampliado mi vocabulario para darle más estética a ésto.
Extrañamente, solo quise escribir todo ésto, para decir que apesar de que "Private Practice" haya terminado, que no le fuera excelente con la crítica ni fuera la gran serie, me quedo con los personajes, con la vida misma, con esa sensación de identificación constante.
Después recordé que en realidad quería decir que Charlotte King es todo lo que quisiera poder ser algún día: un ser que evoluciona mientras pasan los segundos, que es capaz de crecer sin luz ni agua ni oxígeno (y no como la maleza, claramente), sino que mientras la vida pone temores ante sus ojos y pérdidas, nuevos desafíos y confusiones varias, vuelve a su camino convencional y se mantiene firme, siempre estoica, cuidando, presente, inamovible, perpetua. A pesar del mal humor, de su desagradable forma de ser 10 de 24 horas del día, es Charlotte King, hija de Big Daddy, esposa de Cooper y jefa del St. Ambrose.
sábado, 16 de marzo de 2013
There's nothing wrong with who you are.
miércoles, 13 de marzo de 2013
Has it always been this way?
sábado, 9 de marzo de 2013
Celestica

jueves, 10 de enero de 2013
King, Charlotte.
jueves, 29 de noviembre de 2012
Puede que no deba sonreír (o sí)
Probablemente dejé escapar la magia entre mis dedos, literalmente. Desde el momento en que comencé a gestar textos desde mi android -tal como hoy- que mi vida cambió. Las teclas de un computador tienen un mistisismo embriagante, esa melodía monótona pero a la vez dispar de cada "letra oprimida". No solamente es referirse a apretar un botón. Una "letra oprimida" es una composición silenciosa que se refugia en la mente, es hilar vocales y consonantes gráficamente para decir lo que el corazón pretende callar, son las ideas censuradas, las que no se pueden enunciar en voz alta porque la mandíbula no se separa del maxilar por terror a que los oídos sangren. Todo es muy terrible. Todo es muy simple. Todo y nada son relativos. Por más que la sinfonía de un teclado de notebook sea insignificante para el.universo, a mi me importa, el efecto doppler de cada letra te hace saber en qué zona del escritorio se posan los dedos tan armónicamente. Todo es física, ondas, transformación y conducción. No era capaz de escribir algo coherente. En realidad no lo había intentado. Entre el insomnio y el silencio de mi vida -mi habitación que emula el diminuto espacio que los Dursley le dieron a Potter bajo la escalera en Privet Drive- me encontré con el siempre visionario-indie-crecido-inspirador-minísimo Pablo Cerda hablando de su película "Educación física". Me conmovió su tranquilidad a tal punto que fui capaz de llorar en silencio un minuto exacto con la calma más grande que he experimentado en toda mi vida: recuperé algo que creía inexistente, mientras me perdía y anulaba las cosas que me permiten respirar, las historias creadas y contadas de la manera más apta para que los personajes tengan un alma consistente pero transparente a la vez, sueños frustrados y frustraciones soñadas. Personajes que dejan de serlo para transformarse en una extensión de una etapa de tu propia vida, para formar parte de un alter ego. La inspiración más preciada llega a partir de la inspiración de alguien apasionadamente inspirado. Algún día crearé un personaje trascendental -y digno de trascender, obvio- lo juro.
(Título "Juego en tus manos" Casino)
lunes, 19 de noviembre de 2012
Blue Moon
Demasiados estímulos y ruidos. Y es como si el manjar no fuera capaz de animarme o adormecer mi lengua. Son los coletazos de octubre y su caos usual. Hay que buscar ayudas adicionales fuera del corazón y de la mente. No basta con respirar hondo y eliminar todo tiempo de comunicación con la especie humana. Quisiera un manual para saber a qué debo reaccionar y de que manera. En ocasiones me pierdo y las migas de pan que arrojé al camino para encontrar el camino a casa se volaron con el viento, mis huellas se borraron y por más que mi nariz toque el asfalto no soy habilidosa como para oler mi rastro. Los puntos de referencia de ahogaron y las señales fueron robadas.
domingo, 11 de noviembre de 2012
Podría acompañarte al infierno o a cualquier parte
Se habla de la vida, pero nadie te enseña a vivir en realidad. Nadie es capaz de definir de qué se trata esa palabra tan "común", repetida por todos, desde el más clever hasta al más ignorante. Vivir es como caminar: hay caminos pedregosos y otros fáciles de seguir. Nadie es capaz de decirte cómo superar tristezas, cómo atesorar las alegrías. Nadie es capaz de explicar cómo debes adaptarte ni darte las herramientas para hacerlo. Nunca me dijeron que dejaría de tener cinco años y añoraría la navidad solo hasta ese momento, nadie me contó que tendría que dejar mis barbies de lado para crecer, ni que los amigos se van y llegan otros, que dejaría de vivir en Santiago, que el colegio se acabaría en algún momento, que si comía mucho sushi podría llegar a aburrirme, que cuando creí sentir algo fuerte por alguien era solo idealización de cabra chica, que mi polerón favorito de mickey mouse no podría usarlo de grande, que los sueños en teoría suenan bien pero en la práctica son disonantes, que estudiaría una de las últimas carreras universitarias que hubiera imaginado, que perdería a mi tata, que nunca tendría la habilidad real de ser más optimista y luminosa. Nunca nadie se dignó a explicarme que las lágrimas no solucionan nada pero que alivian (en parte) el dolor del corazón. Lo que más me molesta es que SÍ me dijeron que la vida es lo que TÚ la haces y no fui capaz de escuchar o entender. Todos los días hay pérdidas, dolores, miedos. Esos son días sombríos, de siluetas ocultas, infernales. Pero si hay suerte, habrá un par de días de mucho sol, de una luz inmensa, donde no solo el cielo brilla, sino que los ojos que has elegido mirar y la sonrisa que te ha de acompañar. Sí, perdí a mis hijos perrunos, mis sueños de infancia familiares, la estabilidad emocional, la paz mental, un par de dvds que nunca me devolvieron y buenos amigos. Drenarme en llanto fue lo que hice, sufrir a rabiar fue lo que sentí, en el fondo del fondo del fondo del fondo más profundo estuve. Nunca aprendí, no aprendo y no aprenderé a lidiar con perder, con ceder, con agachar la mirada y resignarme. Pero una mañana, un bombeo de sangre me golpeó el pecho, se impulsó a mi cerebro y me hizo pensar que si no soy capaz de INTENTAR mejorar mis habilidades de super(sobre)vivencia, moriré del caos mental que suelo crear en mi cabeza. Y lo que SÍ me enseñaron, es que a veces, por más desfavorable que sea todo, vale la pena morir en el intento y puede que la balanza no se incline tan groseramente hacia el lado oscuro y que tenga un par (o varias) cosas rescatables.
viernes, 9 de noviembre de 2012
No me importa donde estoy
jueves, 18 de octubre de 2012
Perdidos (y muy perdidos) en Tokio
Nunca he creído que las cosas son azarosas, siempre todo tiene un motivo de ser, una razón profunda de pasar. Un día de insomnio el tv cable puso ante mí "Lost in translation", por más que nunca antes quisiera verla. Estúpidamente creí que era del tipo de película como "Y donde está el policía?", esas comedias absurdas donde nadie se ríe. Ayer me enteré que los japoneses no hicieron fácil la filmación, que se oponen a grabar los exteriores y que la escena final de "Perdidos en Tokio" (la de las mil teorías donde todos suponen lo que Bob y Charlotte se susurran) se grabó desde el interior de una confitería con un zoom maravilloso que no se percibe. Ser insomne es un estilo de vida, para mí no es patológico cuando invierto bien mi noche en vela. Extrañamente, es una película ostentosa, con mucho exterior, con una cultura tan desconocida para nosotros los tercermundistas, que seríamos igual de solitarios que ambos personajes, sin poder comunicarnos efectivamente con nadie. Es como ser sordo y autista a la vez. Donde tu identidad se esfuma y es solo tuya, invisible a los ojos rasgados de los japoneses. Por más Japón que exista fuera de sus esencias, Charlotte se refleja en la ventana, en una de las primeras escenas, cuando mira desde arriba la ciudad entera. Por más grande que sea su interior, no bastó con hacer todas las cosas que determinaron su vida: tener una carrera y casarse. Al mirar dormida a su esposo es como si se perdiera constantemente, por más amor que sienta hacia él, no todo es tan simple como creyó que sería. Al final acaba por descubrir que postponer su vida por los proyectos de su marido no es lo mejor. La vida tiene caminos solitarios a veces. Intenta comunicarse con su universo y sus amistades extrañamente, le dan la espalda cuando más lo necesita. La distancia no es solo física, sino que también es lejanía "relacional". Charlotte recorre Tokio tal como indaga dentro de su mente: descubre pasajes nunca antes vistos, producto de divagar consistentemente. En un bar conoce a alguien con quien nunca hubiera tenido algo en común, que probablemente inmersa en su realidad nunca hubieran cruzado una palabra. Bob viene de un matrimonio monótono y el motivo de su viaje es netamente laboral, hasta que descubre que alejarse de su hogar lo capacita para ver lo agotado que se encuentra de la vida que tiene. Charlotte y Bob se topan en sus soledades, comprenden que son capaces de decifrarse sin conocerse mayormente. Ambos saben qur Tokio no es solo un lugar de calles iluminadas atiborrado de información y publicidad, sino que descubren su oscuridad, su silencio. Tokio es un momento, el que nunca buscaron y apareció fortuitamente, determinando sus existencias, haciéndolos crecer a su manera. Estados Unidos queda atrás, lejos, pero Charlotte encuentra su hogar en Bob y él en Charlotte. Tokio es un sentimiento de pertenencia ambiguo: una relación sin nombre donde apesar de no haber nominado y delimitado las condiciones, ambos sienten que su mundo interno es del otro. El "silencio contemplativo" gesta un amor contemplativo, en una cama vista desde arriba, donde eligen mostrar sus miedos, sus malas decisiones, los lugares sombríos de sus mentes. El tiempo se agota, pero Tokio es un lugar y momento finito: ambos saben que es una pausa dentro de sus vidas. Por más que comprendan que el reloj de arena se consume, no quieren lidiar con una despedida. Huyen mutuamente el uno del otro, hasta que bajarse de un taxi como un fuerte latir del corazon, con un dolor de estómago, con un nudo en la garganta, con los ojos llorosos, por más trágico y evitable que pudiera ser, es el único camino que los lleva a la satisfacción, a dar un cierre digno a Tokio. La Coppola no quiso contar cuál fue la última frase que se susurraron. Algunos dicen que es "te amo" y otros creen que se prometen que volverán a verse. La magia de la película radica en que por muchos habitantes que tenga Japón, solo Charlotte y Bob comparten una conexión, que podría calcularse de 1 en 3839282113891383929 (y puede que no haya contabilizado a algún japonés). Tokio los lleva a la verdad, a sentir, a vivir, a explorar (se), a abrir puertas de sus vidas que estaban ocultas, a crecer, a ser felices. Tokio no es solo una ciudad, es un lugar, un sentimiento, una emoción, una conexión, una relación, un momento. Para Charlotte y Bob Tokio no queda en Japón, está en cada lugar al que se dirigen y pueden regresar cada vez que lo deseen.
Perdidos (y muy perdidos) en Tokio
Nunca he creído que las cosas son azarosas, siempre todo tiene un motivo de ser, una razón profunda de pasar. Un día de insomnio el tv cable puso ante mí "Lost in translation", por más que nunca antes quisiera verla. Estúpidamente creí que era del tipo de película como "Y donde está el policía?", esas comedias absurdas donde nadie se ríe. Ayer me enteré que los japoneses no hicieron fácil la filmación, que se oponen a grabar los exteriores y que la escena final de "Perdidos en Tokio" (la de las mil teorías donde todos suponen lo que Bob y Charlotte se susurran) se grabó desde el interior de una confitería con un zoom maravilloso que no se percibe. Ser insomne es un estilo de vida, para mí no es patológico cuando invierto bien mi noche en vela. Extrañamente, es una película ostentosa, con mucho exterior, con una cultura tan desconocida para nosotros los tercermundistas, que seríamos igual de solitarios que ambos personajes, sin poder comunicarnos efectivamente con nadie. Es como ser sordo y autista a la vez. Donde tu identidad se esfuma y es solo tuya, invisible a los ojos rasgados de los japoneses. Por más Japón que exista fuera de sus esencias, Charlotte se refleja en la ventana, en una de las primeras escenas, cuando mira desde arriba la ciudad entera. Por más grande que sea su interior, no bastó con hacer todas las cosas que determinaron su vida: tener una carrera y casarse. Al mirar dormida a su esposo es como si se perdiera constantemente, por más amor que sienta hacia él, no todo es tan simple como creyó que sería. Al final acaba por descubrir que postponer su vida por los proyectos de su marido no es lo mejor. La vida tiene caminos solitarios a veces. Intenta comunicarse con su universo y sus amistades extrañamente, le dan la espalda cuando más lo necesita. La distancia no es solo física, sino que también es lejanía "relacional". Charlotte recorre Tokio tal como indaga dentro de su mente: descubre pasajes nunca antes vistos, producto de divagar consistentemente. En un bar conoce a alguien con quien nunca hubiera tenido algo en común, que probablemente inmersa en su realidad nunca hubieran cruzado una palabra. Bob viene de un matrimonio monótono y el motivo de su viaje es netamente laboral, hasta que descubre que alejarse de su hogar lo capacita para ver lo agotado que se encuentra de la vida que tiene. Charlotte y Bob se topan en sus soledades, comprenden que son capaces de decifrarse sin conocerse mayormente. Ambos saben qur Tokio no es solo un lugar de calles iluminadas atiborrado de información y publicidad, sino que descubren su oscuridad, su silencio. Tokio es un momento, el que nunca buscaron y apareció fortuitamente, determinando sus existencias, haciéndolos crecer a su manera. Estados Unidos queda atrás, lejos, pero Charlotte encuentra su hogar en Bob y él en Charlotte. Tokio es un sentimiento de pertenencia ambiguo: una relación sin nombre donde apesar de no haber nominado y delimitado las condiciones, ambos sienten que su mundo interno es del otro. El "silencio contemplativo" gesta un amor contemplativo, en una cama vista desde arriba, donde eligen mostrar sus miedos, sus malas decisiones, los lugares sombríos de sus mentes. El tiempo se agota, pero Tokio es un lugar y momento finito: ambos saben que es una pausa dentro de sus vidas. Por más que comprendan que el reloj de arena se consume, no quieren lidiar con una despedida. Huyen mutuamente el uno del otro, hasta que bajarse de un taxi como un fuerte latir del corazon, con un dolor de estómago, con un nudo en la garganta, con los ojos llorosos, por más trágico y evitable que pudiera ser, es el único camino que los lleva a la satisfacción, a dar un cierre digno a Tokio. La Coppola no quiso contar cuál fue la última frase que se susurraron. Algunos dicen que es "te amo" y otros creen que se prometen que volverán a verse. La magia de la película radica en que por muchos habitantes que tenga Japón, solo Charlotte y Bob comparten una conexión, que podría calcularse de 1 en 3839282113891383929 (y puede que no haya contabilizado a algún japonés). Tokio los lleva a la verdad, a sentir, a vivir, a explorar (se), a abrir puertas de sus vidas que estaban ocultas, a crecer, a ser felices. Tokio no es solo una ciudad, es un lugar, un sentimiento, una emoción, una conexión, una relación, un momento.
sábado, 13 de octubre de 2012
Mi vida bajo el agua
El amor es un accidente que espera suceder. Leí eso y me hizo sentido. La vida tiene caminos pedregosos y cumbres borrascosas (como el libro), donde abunda la magia más increíble que la imaginada por J.K. Rowling, donde los eventos aleatorios le dan matices diferentes a la existencia, a veces sombríos y otras luminosos. En ocasiones quisiera tener un maestro como Bill y ser su Bride, tener esa fuerza descomunal que Tarantino fue capaz de plasmar en su película. Amaría ser una mamba negra o cotton mouth, con esa determinación y claridad mental. Conforme pasan los días descubrí que tengo la conciencia que le falta a Emily Thorne, que soy capaz de pensar en las consecuencias de mis actos. Por eso evito errores, sobretodo si involucran a mi entorno. Respiro en slow motion últimamente, camino a pausa y duermo a saltos. En ocasiones imagino que soy un personaje de la Coppola, en Tokio, MUY perdida, vagando por la ciudad, escuchando palabras que no puedo decifrar, mientras mi cabeza habla demasiados idiomas, inclusive parsel. Deseo entrenar mi paciencia como Little Grey, agudizar mis sentidos como Samantha Jones, explorar a fondo mis emociones como Dawson Leery pero tener mi vida bajo control como Monica Geller. Podria solicitar mil cosas y recibir diez mil o solo dos. Es relativo. Mi humanidad me grita que la vida no tiene una logica ni un sentido, desde despertar hasta dormir, dar vueltas en la cama y terminar en el parquet helado con la espalda en completa anestesia. La naturaleza de la evolución (recordando que fuimos el alimento idoneo de semana santa, que antes de ser bipedos, fuimos capaces de nadar y vivir bajo el agua) indica que nacimos para la adversidad: utilizamos uno de los gases más letales para la vida terrestre. Usamos para respirar el oxígeno, incompatible con muchos seres vivientes, pero como la magia del hombre es desafiar al tiempo y al destino, no somos capaces de utilizar otro elemento para subsistir.
domingo, 7 de octubre de 2012
Viento Otoñal
Hoy entiendo el por qué de las cosas. De muchas que nunca creí que podría resolver. Hace muchos años deseé pololear con alguien y nunca pasó. Hoy soy capaz de darme cuenta de lo que se siente, de ponerme en sus zapatos. Es un poco aterrador, pero tolerable. Los domingos no se caracterizan por ser lindos, pero sí por dejar ese sabor agridulce, de algo muy bueno para ser cierto y algo muy potente a la vez. Los domingos me resigno a atesorar las sensaciones que innatamente son más fuertes que otras, en palabras que se cruzan, en saludos y despedidas, en olores que te persiguen todo el día, en vueltas en auto bajo la lluvia torrencial, en un acercamiento y reencuentro con Holden, en demasiados pensamientos que no soy capaz de ordenar, sin discriminar lo que es ruido y lo que es información, sin capacidad de filtrar porque el corazón golpea contra la clavícula fuerte, con rabia, desafiando lo correcto, la voz que suena en mi mente sobretodo antes de ir a dormir. Probablemente ninguna de mis ideas tenga sentido. Hay momentos absolutos de verdades, pero nunca verdades absolutas porque es relativo a la arista desde la cual los ojos ven, crucense o no, un día o algún día. El tiempo es absoluto, lo abarca todo, elimina los sonidos externos, las personas que rondan, el paisaje de cemento que se mueve. La verdad no es absoluta porque los sentimientos no lo son, son grandes pero siempre divergentes.
miércoles, 3 de octubre de 2012
Sus botas no están más en mi puerta
Regresar a casa es un acto simple para quienes saben donde es. Extraño es cuando se creía en cierto hogar que de un minuto a otro dejó de serlo. Siento buscar ese sendero en retroceso, de espaldas, de la forma más perdida en la que pude intentar localizar el paradero de algún sitio.
jueves, 27 de septiembre de 2012
Que nada nos nuble al despertar
Los golpes recibidos no siempre tienen un victimario y una víctima. En ocasiones el victimario aprieta el puño y lo estampa en la cara de la víctima, quien a su vez es también victimario de su propia desgracia, por anteponer su rostro ante un conjunto de huesos y nudillos afilados cubiertos con piel que harán emanar sangre en cuestión de segundos.
lunes, 24 de septiembre de 2012
Golpes que se retienen
Caminó sin detenerse imaginando que trepaba las paredes, luego de leer infinitas veces "La metamorfosis" de Kafka y mimetizarse con la apariencia de un insecto. A fin de cuentas, paulatinamente las circunstancias lo habían llevado a convertirse en uno y sentirse como tal. Avanzó por el costado del ducto de la chimenea, el calor fundía sus venenosas y pequeñas garras. Apreció el fuego y supo que era su sitio. Con una cuchara, cavó un agujero en su pecho, hizo un movimiento de palanca y su corazón ensangrentado ardió en las llamaradas. Entre el humo emanaban sueños que nunca realizó, decepciones y dolores variados. Las mejores sensaciones las atesoró en su mente, sabiendo que durante su último aliento podría experimentarlas para recordar que vivir y morir nunca fue en vano.
sábado, 22 de septiembre de 2012
Como un extraño
Si me preguntaran por qué amo tanto las bicicletas, no podría precisar la respuesta. Tuve una verde hasta los 18 que entre un caos de cambio de casa fue olvidada. Hace un año tengo una azul y se llama Chris Powell. Es grande, pero ni tanto, es como si la hubieran hecho a mi medida, los pedales están a una distancia adecuada de mis piernas, mis manos nunca se dañan con el manubrio y mi cuerpo nunca se cansa de andar. Probablemente me apegue tanto a Chris por la sensación de magnificencia. En un segundo caminar al lado de la bicicleta y ser del mismo tamaño que cualquier persona, pero luego subirse y ser mucho más alto, más grande, más poderoso. Y el viento en el pelo/cara/ropa le da un misticismo especial, la música un sentimiento, la velocidad un toque de aventura y la destreza de esquivar autos/personas/pavimentos estropeados una sensación de inmortalidad de que podría ser capaz de realizar lo que sea. Si sé que suena a hipérbole, a sobrevalorado, pero he tenido los mejores viajes y desplazamientos en mi bicicleta, he pedaleado desde mi casa a Valparaíso, para estacionarme en la Piedra Feliz y meterme a una pequeña desembocadura con ropa y todo, para secarme en el camino con el sol, el calor y el viento de la velocidad, he contado las historias más chistosas y las más profundas de mi vida, he podido mirar a muchas personas, muchos lugares. He sido capaz de conectar con otros y conmigo misma. Sé que tiene dos ruedas, frenos y cambios, pero lo que he logrado experimentar y sentir sobre esa bicicleta, MI bicicleta, es algo que no he podido repetir -aunque suene a enamoramiento- ni emular. Puede que no sea mi persona favorita porque no respira, pero es mi sitio/posesión más querida.
lunes, 17 de septiembre de 2012
Fotografías
sábado, 15 de septiembre de 2012
Estación de madrugada
La soledad preferentemente es pasajera con sus desmanes, sensaciones, dolores y tranquilidad. Puede que en el silencio y oscuridad de mis sábanas, tal como una pequeña cueva, logre refugiarme de mis miedos y decepciones. Con el tiempo las cosas me dañan más sutilmente pero lo que no aminora con el paso del tiempo es el sentimiento de "outkast" o de "don't-fit-in-it" que me ronda. No encajo totalmente en una serie de situaciones y personalidades ajenas. Por mucho tiempo luché contra eso y hoy solamente debería rendirme, levantar los brazos, caer de bruces sobre el parquet y dejar fluir a borbotones las lágrimas. No siempre el llanto es algo malo como se ve, suelen subestimarlo, pero así como hay llanto de alegría, también lo hay de tristeza. Evolucionar frente a fotografías puede ser caótico.
martes, 4 de septiembre de 2012
lunes, 3 de septiembre de 2012
Escuchanos Shonda Rhimes, te rogamos
Si tuviera que escribirle una carta a Shonda Rhimes me sentiría más nerviosa que cuando le pedía Polly Pockets por correspondencia al viejito pascuero. Puede que al cubo. No sé si sea capaz de aguantar casi 30 días (un poco menos, no diré el número exacto para no parecer psicótica) para el inicio de Grey's Anatomy. He dado vuelta Google en busca de spoilers, ha sido horrible. Todos dicen lo mismo. Siempre en mi mente digo: "si yo fuera la Rhimes haría..." y soy capaz de inventar una trama elocuente con alguno de sus personajes. Después reflexiono y digo: "en verdad si fuera Shonda me creería el Dios mismo, creando y matando personajes". El poderío sería encandilante. Anoche leí que puede que NADIE muera, que la salida de Sloan será muy emotiva y que el primer capítulo transcurrirá 2 o 3 meses del accidente tipo Lost que tuvieron. Se dice que puede que alguien no muera pero si pierda una parte de su cuerpo. Es evidente que Sheperd no será, Sloan es improbable y las twisted sisters (Yang - Grey) solo dieron alaridos. Y aquí viene lo trágico...si mis cálculos no fallan, Arizona perdería una pierna. Me deprimió anoche. Me desvelé pensando en eso (suena imbécil, lo sé). La Rhimes dijo que la historia será en 2 ciudades diferentes y sumó que Callie estará muy afectada. Conclusión maldita n°2: Arizona realiza terapia en otro hospital y ya no son tan Calzona como antes.
Se filtraron unas imágenes de Meredith y Christina discutiendo, quienes las vieron asumen que Yang se va del Seattle Grace (ahora súmenle el Mercy West) y Mer se lo reprocha.
Shonda arma y desarma la serie, Lexie voló alto y la MILF (a.k.a. Vieja Rica ni tan vieja pero bien rica) de Teddy se va trasladada por su insoportable viudez (Henry we love you) y los caprichitos considerados de Owen. Se lo perdono porque tiene voz de macho viril y su pelo colorín-rubio no está nada de mal.
¿Y ahora qué? Debería sufrir por la vida real, por cosas cotidianas, por personas reales PERO es más divertido y simple a la vez lloriquear cinco minutos (o un poco más, pero es secreto) que lamentarse meses eternos por gente de carne y hueso, tangible y real, normal y común.
Si todos aman a Oprah, yo puedo amar a la Rhimes, leer su página de fans en facebook y reírme de que, quienes la amamos, le escribimos improperios, solo por manipular las neuronas que disponemos de nuestro tiempo libre en ver su programa. Los insultos a Shonda (que yo misma he dicho gritando a la tele mentalmebte) son muestras de cariño y devoción. Así que Rhimes, tú que estás allá en el norte, si un día viajo a EE.UU. y te abrazo por dirigir "Crossroads" (sí, la película de Britney) y te tiro una botella de coca - cola zero, ve ambas acciones como gesto de mi profunda admiración hacia tu trabajo y una señal del vicio que es Grey's Anatomy.