viernes, 3 de agosto de 2012
Algodón
Dicen que la gente volverá a leer. Qué se yo. Nadie lee ya, es muy "agotador" de realizar. Antes escribía para ser leída, porque es evidente que la comunicación se establece cuando hay un emisor y un receptor. Hoy no es algo que me quite el sueño en realidad. Todos decían que pase lo que tenga que pasar. Hoy lo pienso en realidad. Y qué se yo. Nada. A veces buscar y buscar la felicidad incansablemente es el único motor, luego rendirse es la tónica diaria. Dicen que cuando menos se espera, llega. Puede que nunca diga que soy feliz porque soy demasiado "perfeccionista" y suelo fijarme más en los defectos que en las virtudes, en lo que falta y no en lo que abunda. Ahí se acaba la perfección y comienza la estupidez. No se puede pretender vivir en base a errores. Lo que caminé, está en mis zapatos, en la tierra de mis zapatillas, en la mugre de la tela de mis pantalones, en los billetes menos de mi bolsillo, en las veces que me maquillé. Lo que he vivido es inversamente proporcional a la cantidad de perfume que queda en la botellita. Mis vivencias tienen buen aroma, suelo acompañarlo así. ¿Sinceramente? No sé a qué viene todo ésto, si solo quería decir que hoy comí el MEJOR y más rosado algodón de dulce de toda mi vida. ESO es perfección y felicidad para mí.
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