domingo, 21 de agosto de 2011

Cada segundo vivido, escapar


Probablemente, desde hace unos 16 días que duermo menos, a saltos, mal, a causa de tener muchas ocupaciones. Creo que me acostumbré a dormir a eso de las 3 a.m. todos los días, quizás no sirvo para dormir de noche y despertar de día, me acomoda más a mí manera, tal como Batman.
Desde el sábado en la noche que tengo insomnio pero no por ocupaciones sino que por (?)preocupaciones. No sé si realmente sean tales, pero algo ronda mi cabeza y no me deja tranquila. Y no sé qué es. Tengo un par de pistas, pero nada claro. Es como caminar por el túnel y cuando empiezas a llegar al final, una venda se posa sobre tus ojos y no puedes ver hacia el sol, por más que tengas la corazonada de que sigue brillando. Quisiera dejar la rabia de lado, esa explosividad inmediata que me caracteriza, esa manera enfermiza de pensar una y otra vez lo mismo, de diferentes formas: vertical, horizontal, invertido, por más ridículo que suene. Creo que por más que uno enmende el pasado, el tiempo no vuelve y eso me aniquila y me roba los deseos de dormir, de estar en la oscuridad en el pleno silencio de la noche. No tengo certeza de qué es lo que realmente debería hacer. Me faltan tantas agallas, pero tantas, que quisiera ser un pez, pero soy un pollo. Realmente no tengo idea. No basta con llorar toda la noche del domingo como una niña pequeña cuando mi padre debe irse. No basta con el dolor ni el sufrimiento para que realmente acabe. No es suficiente con creer que podré lidiar con ésto sola, pretendiendo que no me afecta y que estoy completamente completa, que no extraño nada ni nadie. No es suficiente tener la fuerza o el coraje para que los fantasmas del pasado se vayan, porque simplemente arman sus tiendas y acampan ahí, en tus miedos y en tu corazón, durante días, meses o años.
Desearía poder vivir en Santiago cada vez que me siento así de sola por dentro, sentirme segura y cuidada por una de las personas que más amo en el universo y que hace poco descubrí que mi amor era tan devoto hacia él.

(Título sacado de "Escapar" de Moby y Amaral)

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