martes, 23 de agosto de 2011


Luego de ver uno de mis realities shows favoritos, he comprendido que he actuado mal, que lo he hecho mal, que mis intenciones no han sido enormemente buenas y que estoy cometiendo una serie de errores que pueden ser fatídicos para mí, para mi entorno y para lo que queda de mi vida. Sé que la ira me sobrepasa, lo tengo muy claro, es algo que sé desde que nací, cuando era feto y estaba en el vientre de mi madre. Y suelo enojarme y odiar, pero no odiar deseando muerte, sino que acumulando rencores que solamente arruinan mi día y lo hacen invivible. Y solo me queda cambiar mi actitud. Vi como Tracy intentaba entablar una relación con su madre, hacerla partícipe de su vida y de lo que las había separado. Fueron reacias al principio, y luego algo cedieron. Si bien no fue volver corriendo a los brazos una de la otra con música cursi de fondo, pero fue un comienzo y es algo que debo imitar. Más que limitarme a ver las escenas sexuales de la televisión, aprender de los reencuentros y de la capacidad de perdonar.

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