miércoles, 10 de noviembre de 2010

El camino me expulsó hacia un costado, intento regresar pero la gravedad no lo permite, un escondite mal construído de pretextos no ayuda.
El cielo se desvanecerá sobre el mar esperando tiempo.
La esperanza es utopía y mala medicina.
Una mentira alimenta mil corazones.
Una verdad destruye las miradas.
Nunca estuve realmente aquí, escabullirme, eso hago.
No pretendo escucharme, nunca estoy aquí.
Dejé de existir por unos instantes (quisiera que se prolongara).
Nadie sabe que me fui.
Robaré un par de alas para llegar al fondo del mar y volar entre la sal húmeda, entre algas y peces, donde pertenezco.
He abandonado mi cabeza, a un lado de la carretera, para continuar mi camino sin sentido.

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