jueves, 14 de enero de 2010

Elephant

Ya, ya,ya. Sabemos que es antigua y que la premiaron en Cannes por mejor película y mejor director en el 2003. Admito, que nunca me llamó la atención verla. Pensaba que se trataba de una escuela de discapacitados o algo así. Wrong. Nada que ver. Frío, frío. Elephant es de esas películas que te deja a ratos muy pendiente a la pantalla y a otros ratos te preguntas si terminará de contar las historias simplonas que abarca. Pero Gus Van Sant sabe lo que amerita hacer cine independiente donde solamente estarán esas cintas que solo cinéfilos conocen pero por otro lado está el hecho de ser una película producida por HBO por lo que tan desconocida no pudo llegar a ser. Son varias historias, al estilo coral, se unen en ciertos momentos, puntos y lugares comunes. La cámara sigue a cada personaje en una cantidad de tiempo calculada y distribuida a casi todos por igual cosa que me impresionó bastante de buena forma. John es un adolescente cualquiera que tiene un padre alcohólico y se cruza con Elias que es un fotógrafo, quien a su vez nunca nota la presencia de Michelle que es la típica alumna que nadie toma en cuenta. ¿Qué tiene eso de novedoso? Que Gus Van Sant no espera ni desea contarnos las historias de estos estudiantes del instituto Columbine, sino cómo fue la sorpresiva matanza que ocurrió en dicho lugar por dos adolescentes que aparentemente son normales como cualquier otro mortal, claro que tienen una afición a las armas y las encargan por internet. Es una película con tintes de documental con pocos diálogos y una fotografía excelente, recursos simples pero bien usados. Tienen razón al decir que menos es más porque en ésta película queda de manifiesto. No necesitaron tarros con litros de sangre ni actores de moda para que fuera toda una revelación de película. Se narra de manera somnolienta a ratos pero cuando todo hace click y tiene una conexión, el espectador ya sabe a lo que va. Gus Van Sant narra un día normal de clases donde todos se topan en el pasillo, en el comedor, donde hay chicas populares que cuentan calorías, deportistas sexies que todas aman, perdedores que nadie toma en cuenta y el típico alumno que está en el rango normal que no es ni el más conocido ni el más ignorado. Los silencios hablan más que los diálogos y eso le da una esencia especial e irrepetible, pocas veces vista en otras cintas, que la hace ser única y envolvente ¿Qué más puedo decir? Solamente que es una gran joya del cine que por alguna mística razón no fue tan comercial pero eso le da un plus: quien la quiera ver, puede hacerlo y estará destinando casi dos horas de su vida en un proyecto bien realizado. Muy buena.

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