sábado, 12 de septiembre de 2009

Estoy perdido


Un sonido metálico. Acero azul. Es como escuchar un alarido a lo lejos. No podría imaginarme lo que pasa por la cabeza de un asesino en serie, qué será sentir sangre ajena en tu cuerpo, que resbale por tu brazo mientras mantienes un cuchillo en la mano y observas los ojos desorbitados de la víctima, ver ese último suspiro, que su último aliento te mueva el pelo, escuchar ese silencio eterno luego de una muerte, donde se paraliza todo y no hay tiempo ni espacio, no existe nada ni nadie, o quizás la nada realmente existe, es transportarte a un lugar donde efectivamente...no hay nada. Es un lugar vacío, infinito, eterno, sin principio ni final donde la muerte ha llegado. Quizás no puedes engañar a la muerte y cuando llega por tí solamente debes arrodillarte e implorar compasión para que no sea traumáticamente doloroso ni agónicamente extendida. Pero tampoco puedes engañar a la vida. Es como correr de un lado para otro sin saber por qué, subir las escaleras con velocidad mientras escuchas el eco de tus pasos chocando contra las paredes, como la efervescencia de una bebida, cuando acercas el vaso a tu nariz sintiendo las gotas minúsculas en tu piel. Escuchas esa hermosa melodía tan pacífica e insignficante de las pequeñas burbujas de la superficie del líquido. A veces sueño con una gotera, que suena una y otra vez desconcentrándome. Quizás por esa razón no me gusta dormir, porque siempre sueño con peleas, discusiones, cosas desagradables, que están lejos de ser un sueño y podrían etiquetarse como una pesadilla, de esas tan reales que al despertar no sabes si lo viviste realmente o fue tu subconciente. Es un estado de perdición, es caminar sin rumbo, mirar a todos lados, buscar distintas fragancias en el aire sin poder adorar ninguna, mirar el horizonte para luego pensar que no tiene nada especial, preguntarte qué es el amor realmente, no saber qué sentir, qué hacer, qué decir o qué pensar. Es sentirte perdido. Es manejar una tarde completa por lugares desconocidos para ti pero extrañamente no te desesperas, no sientes que debieras encontrar tu rumbo nuevamente, porque si te sientes perdido en hechos concretos, olvidarás lo que es estar perdido en tu propia mente, en tus pensamientos y acciones, sentimientos y emociones. Debería cambiar, progresar, crecer y madurar. Juré esperar aquí, esperar sin moverme. Estoy perdido. Debería cambiar, retroceder, ser una niña y no madurar nunca, ser lo más infantil posible. Juré esperar aquí, esperar sin moverme. Estoy perdido. Es como el canto de un ave a las cinco de la madrugada luego de volver de una noche de juerga, sentir el olor a cigarro en tu ropa y una sed incontrolable por todo el alcohol que ingeriste, recordar todas las caras que viste esa noche y lo eufórica que pudiste sentirte. La soledad puede ser positiva o negativa. Por primera vez en mucho tiempo me lavé la cara frente al espejo y fue una sensación muy extraña porque no salió ni una pizca de maquillaje. Me miré detenidamente y nunca había tenido las pestañas tan perfectamente encrespadas. Podría sacarles una foto. Cambió completamente mi mirada. La vanidad puede que ayude, puede servir para encontrarte a ti mismo, a conectarte con esa esencia que creías haber desperdiciado o perdido en algún instante triste y "lagrimeado" de tu vida. Creo que cinco minutos de vanidad al día durante una semana serán buenos. La segunda semana pueden ser diez minutos. La tercera quince y así sucesivamente. Puede que en el reflejo del espejo me encuentre, haga click con lo que soy realmente, con lo que tengo en mi interior para mí misma y lo que tengo para entregar. Quisiera influir en las vidas de los demás, marcar una diferencia, desarrollar algún proyecto interesante que pueda tocar alguna fibra sentimental de un par de personas, quizás así me sentiría tranquila. Tal vez debería encontrar un deporte competitivo y arrancar toda la ira que tengo guardada desde hace algunos meses. Transformar la ira en triunfo, en esos deseos incontrolables de ganar, de vencer a tu oponente. Quizás sería más enriquecedor un deporte en equipo, trabajar en conjunto por una alegría compartida para luego celebrarlo, quemar mil calorías en un par de horas de partido y recuperarlas en treinta minutos celebrando con tragos y comida chatarra. Me gusta como suena la palabra "impunidad" aunque su significado me molesta. No podría decir que el caos camina conmigo. Nunca. Quizás ha rondado por aquí pero lo he ignorado en muchas ocasiones. Quizás la vanidad me salve del no-autoconocimiento, quizás me encuentre un día de estos mirándome a los ojos, parada frente al espejo, con un algodón en la mano, crema en una mejilla y maquillje en la otra.

(Título sacado de "El caos camina conmigo" de Shogun)

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