domingo, 23 de agosto de 2009

Con solo diecinueve y un sueño obsceno con seis meses lejos de mal comportamiento


Es una sensación de vacío que se da solamente a ratos-cada diez o doce minutos, lo he calculado-que quizás es grave pero prefiero pensar que no. Esa soledad que se palpa enormemente que a veces te importa y otras no, depende de las luces, la hora, el nivel de alcohol o sobriedad, de las personas que te rodeen y de tus logros/fracasos de ese día. Buscas un verano digno de India en medio del invierno, esa emoción que te puede mover el piso de tal forma que remezca hasta la última neurona, hormona y célula de tu cuerpo, esos deseos enormes de conseguir lo que quieres, que te ayudan a sacar fuerzas de flaqueza aunque todo esté mal, peor o deplorablemente mal, cada vez peor, pero tienes los deseos y la certeza, el ánimo y la determinación de conseguir lo que quieres: y resulta fácil. Es díficil de entender pero fácil de explicar porque cuando tu mente se encuentra en un estado de felicidad, todo es más simple y menos tedioso, todo te motiva.
Es esa sensación de compañía, cuando están todos tus amigos, que vuelven cuando estás bien y cuando estás mal, cuando te das cuenta quienes valen y quienes no tanto. Sientes que podría ser tu gran noche, hay signos que pueden evidenciar un leve presentimiento. Es como escuchar la palabra "adoquines" y sentirte feliz, porque suena agradable, la pronunciación es linda o la secuencia de letras está tan bien pensada que imaginas algo interesante.
Y son tantas sensaciones a la vez, tantos pensamientos que no vale la pena-ni esforzarse-en ordenarlos. Un cuadrado con miles de cuadrados en su interior con fotografías preciosas, pesadillas tres semanas consecutivas: arañas que se transforman en escorpiones y me entierran su veneno, mis papás conociendo mis secretos mejores guardados, el odio generalizado, el mar me lleva hasta lo más hondo y no puedo escapar, una jauría me sigue y me muerde. Caminar horas de horas por las mismas calles, obsesionarte con los perfumes de mujer, tener deseos de nadar, leer mil y un libros de cosas completamente diferentes y mezclarlas, escuchar canciones, mirar el cielo y preguntarte si de verdad es azul o es incoloro como dicen, tener un anhelo enorme de cambiar el mundo, salvar a los débiles y nunca ser la damisela en apuros, comprar en la farmacia la poción para leer mentes, intentar recordar cuál era tu sueño oculto de los quince años, saber que Paris es un cliché tan cliché pero cada vez que revisas las páginas de líneas aéreas es el primer pasaje que cotizas, sabes que eres lo que alguien soñó y casualmente no sabes de quién eres aquel sueño porque más de una persona puede amarte ocultamente, estar invicta por nunca haber sido recluída por mal comportamiento, sentir que con un corte ínfimo puedes desangrarte, pensar erróneamente que algo tenía un sabor y luego de probarlo sabe amargo, mirar hacia atrás y no saber en qué momento saltaste de los diecinueve a los veinte, preguntarte constantemente qué personas piensan en tí antes de dormir y de qué forma lo hacen, querer-aun-aprender a tocar guitarra aunque tus dedos no sean capaces de lograrlo, desear ser el apoyo emocional de madres de hijos autistas, dejar un legado y marcar la diferencia, no poder decifrar por qué hay que tocar fondo para recien salir a flote, tener como sueño-algo estúpido-de oler el asfalto luego de una frenada fulminante de un automovil, evadir los recuerdos dolorosos, no entender por qué hay personas que solo buscan sufrir y se sienten felices así, enviciarte con una película a tal punto de saber los diálogos, ver una bandera flameando en la cima de un edificio y no sentir nada por tu país, manejar en círculos mirando los árboles que se entrecruzan en el cielo, encontrar respuestas en una noche de lluvia con respecto a lo que no esperabas de la vida, hay gente que se cree tan complicada así como un eterno enigma y son tan común como los demás, tener la certeza-y desear-de no cambiar de parecer respecto a las decisiones tomadas, imaginar qué pasará en cuarenta años más, eliminar de mi adn esa sensación de "perdida" que me abruma dos veces a la semana, sentir pena por las personas que se marchan en la impunidad de esos que nadie llora su partida, ver las cosas con claridad por un segundo y volver a ver la bruma tres segundos después, descubrir que no soy tan niña como pensaba ni tan mujer tampoco, sentirme fuera de lugar por no ser una amante de la ropa ni de los lujos, sentir nostalgia por las bromas de infancia con mi tata, sentir que hay cosas que merecen segundas oportunidad y otras no, sin saber discriminar cual es cual, ver señales acerca de la realidad y no querer asimilarlas, tomar un tiempo para pensar, tener energía sin significado recorriendo tu cuerpo, haber visto mil caras y solo recordar algunas, fusilar las palabras sin peso que alguna vez pudieron decirme, tener temor de que tu apellido implique una dinastía de comportamientos de elite que no puedes transgredir, seguir caminando sin mirar atrás muchas veces, ser menos adulta por no haber tenido nunca un sueño tan obseno como los demás, saber que todo cambiará para siempre.

(Título sacado de "Special Needs" de Placebo)

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