jueves, 30 de agosto de 2012

Donde las heridas no pude apagar

Al comienzo del día puede haber un atisbo de como será. La alegría es pasajera y la tristeza también, por algo dicen que no hay mal que dure cien años. Tampoco creo que exista el imbécil que lo soporte. Ayer un médico asesinó a sus tres hijos -uno idéntico a mi hermano- y luego se suicidó. Lo peor del caso, es que su esposa -ahora viuda del hijodeperra- se quedó sola y completamente desolada. Lloramos por películas que vemos, porque no pudimos comprarnos ropa nueva, porque alguien dejó de quererte, porque hay gente que tiene más suerte que tú. Si yo fuera esa madre, ni siquiera podría llorar de lo deprimida que estaría, probablemente hubiera muerto de una enfermedad súbita e histérica. Es paradógico saber cómo comienza el día y no saber como terminará, pero siempre saber quien, al final del día estará ahí. El resto da igual.


Published with Blogger-droid v2.0.4

No hay comentarios: