Creo que te vi intentándolo

No se trata de perder tu religión, creencias o al Dios que todos los días solías rezar. Hoy entendí que uno no pierde las cosas, simplemente las deja ir, por la razón que sea, pero uno es quien cierra esa puerta y no permita que se abra más (o en algunos casos la dejas entreabierta esperando un regreso y todo lo que entra por ahí es viento decepcionante). Es raro ese estado de letargo solo mental, cuando por fin te deja de doler el cuerpo, pero tu mente simplemente abandonó tu carne y no estás, no te concentras, no haces lo que deberías, tomas decisiones para postergar otras y no te mueves, no avanzas, solamente conviertes oxígeno en dióxido de carbono. Doy círculos en mi cerebro y no me importa. Furtivamente permito todo. Hoy es uno de esos días donde todo tiene un ritmo y lo decido yo, lentamente, con muchos deseos de dormir, pero no me importa.

(Título sacado de "Losing my religion" de REM)