miércoles, 22 de diciembre de 2010

Ayúdame, lo he hecho otra vez

Pienso que soy demasiado débil para todo ésto, pero es una mera contradicción considerando el hecho de que en éste preciso instante amaría vomitar, arrancarme el pelo de raíz y golpear con mis puños las paredes de concreto.

Y me hace daño, mi entorno me hace daño, desde el más próximo hasta el lejano. Es frustrante tener que escuchar una y otra vez la misma estupidez notando que no te prestan ni una pizca de atención, que quieren consejos y tus palabras les entran por un oído y les salen por el trasero. Amaría dejar muchas frases nunca dichas, pero tengo rabia, tristeza y una ira enorme dentro de mí. Quiero que las lágrimas de fuego recorran mis mejillas para sentir un poco menos de odio, para eliminar la decepción que siento hoy, para no desear huír lejos. Si pudiera pedir un deseo, sería esfumarme. Me duele el alma, el corazón, la espalda y los ojos. Aguanto constantemente y no doy a bastos, me desvanezco lentamente y cuando no alcanzo a tocar fondo, algo me golpea nuevamente, y el dolor paraliza, me da una fuerza sádica para seguir soportando más desgracias. A veces siento que el destino simplemente está escrito así y si no me derrumbo, es para seguir recibiendo más golpes y más patadas y verme sangrar una y otra vez en el pavimento sucio orinado por los perros vagabundos que no tienen culpa de serlo. Y la bruma nunca se esfuma pero me he vuelto a perder con palabras que nunca he pronunciado antes. Me sostengo a mí misma, me envuelvo y me desenvuelvo, soy pequeña pero desafortunada. Y pretendo respirarme. Probablemente un día llegue a hacerlo. Solamente yo sé qué tipo de aire es el que respiro y qué cosas han visto mis ojos. Hablo constantemente, mucho, pero eso no quiere decir que exprese cada cosa que he vivido. Siempre he tenido secretos, de esos solamente míos que tienen diferentes sabores y texturas, de esos venenosos y de esos exquisitos, como una muerte súbita en ocasiones y como el mejor elíxir que pudiera pasar entre mis dedos.

No les resulta suficiente: porque no lloro en público implica que me encuentro excelentemente bien. El morbo de este siglo es estratosférico y desmedido, populista y asqueroso, repugnante, vomitivo. No quisiera tener que pensar que el día que vean mis trozos en el suelo recién comprendan que lo que dije realmente era verdad, sinceramente salía de mis entrañas, fuertemente hablaba desde mis lágrimas, olvidadizamente no encontraba las palabras y antojadizamente es graficable.


(Título sacado de "Breath me" de Sia)

1 comentario:

lalo-cura dijo...

En México usamos la palabra "porras" como un sinónimo de ánimos; es una manera de decir: "vamos, tu puedes" ó "continua, vas por buen camino". Así que ahora yo te echo porras para que continues escribiendo, te propongo que lo hagas por gusto y uses las criticas para seguirte perfeccionando; si de verdad te apasiona no lo dejes.