domingo, 7 de noviembre de 2010

Temeré morir pero nunca a dar un salto entre la azotea de un edificio para llegar al otro.
Si muero en el intento estará completamente justificado, diré “estoy lista, escribe el final sobre mí, con tus propias palabras, en mi propia piel, ojalá con miel”.
Cuando la luz se apaga puede haber una carta blanca donde se puede anotar lo que podría suceder sin la necesidad de que eso ocurra eventualmente.
La lluvia cae, moja todo, limpia todo y ensucia otro poco.

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