domingo, 1 de agosto de 2010

Los recuerdos son frescos

Que importa si se me ocurre publicar todo esto. Internet mientras más se expande, es usado por un mayor número de personas que se interesa en lo mismo, monótonamente, día tras día, sin parar, tal como un rasgo del espectro autista: estereotipas no funcionales. ¿De qué sirve que mueva mis manos una y otra vez, de qué sirve que gire en círculos? De nada. Los autistas ni siquiera sienten placer al realizar sus acciones estereotipadas, lo hacen porque ese es su código genético tan poco indagado en la actualidad, donde los científicos no han sido capaces de descubrir una causa remotamente aceptable para dicho trastorno de la comunicación. ¿Pretendo dar una cátedra de trastornos generalizados del desarrollo? No, sinceramente no. Con este nivel de valoración actual, para qué molestarse, si escribes algo y al otro día está en la papelera de reciclaje o inclusive un texto de Coehlo puede tener mil millones de veces menos visitas que un video de Youtube donde aparece Lady Gaga. Así es la actualidad, si escribo esto, sé que nadie lo leerá, para tranquilidad y placer mío. La gente actualmente se preocupa de saber qué comió el tipo que le gusta al almuerzo, cuál es el novio de la tipa que menos te simpatiza de la universidad, qué opinan tus amigos de tu nueva ropa en las fotos que publicas y para eso existen muchas opciones: facebook, twitter, Hi-fi, myspace, blog, tumblr, flickr, fotolog, wordexpress, Messenger y probablemente en unos días más estos medios se multipliquen exponencialmente.
Esta noche si duermo es porque me cansé de llorar, porque las lágrimas tuvieron un efecto sedante. Al llorar con sollozos te ahogas, cada vez los lapsus respiratorios son menores, más cortos y resumidos. Mientras menos oxígeno se capta, te fatigas más rápido y eres capaz inclusive de desmayarte por exceso de dióxido de carbono. A veces quisiera realmente espantar todo fantasma y me resulta imposible, odio la autocompasión, la injusticia, la mentira, los abusos, la desmotivación, la tristeza, el terror, la muerte, la soledad, el hostigamiento, el tiempo, la vejez, las oportunidades perdidas, las malas decisiones, los amores idos, los sentimientos fugados, las mañanas de lunes, los domingos en la tarde, las palabras secretas que censuro día tras día, la opresión, los prejuicios, la pobreza, el resentimiento, la estupidez, la marginalidad, la hediondez, el verde musgo, el sabor del pimentón, Nicolas Cage, la gente limitada de mente, la comodidad, la flojera, la delegación de obligaciones, la patudez, la confianza perdida, cuando te dan por sentado, por obvia, que siempre estarás.
Hacía mucho tiempo que no sentía esto, estas ganas enormes de dormir días enteros y nunca despertar, a menos de que me aseguren que nunca más volveré a sentirme así, con unas ganas enormes de llorar, correr, huir, desaparecer, gritar, esconderme, mentir, ahogarme en mis propias lágrimas y en mi misma miseria, en mis putos pensamientos, en las malditas circunstancias que suelen aguarme la fiesta constantemente.
Estoy cansada, agotada, no quiero más nada, solamente quiero querer algo con todo el alma y dejarme de tonterías. Cuando dejas de soñar, comienzan los problemas. Hoy estoy sumergida en el silencio y la soledad de mi burbuja donde estoy ensimismada sin salida ni escapatoria aparente. Siento un rencor profundo hacia este día y no pretendo seguirlo viviendo, por suerte ya acabó. En ocasiones amaría quebrar todos los vidrios que encuentre a mi paso con mis propias manos, sentir como la sangre corre y recordar que estoy viva, que estoy hecha de muchas cosas, no solamente de mi mente, sino que de piel, venas, oxigeno, sangre, lágrimas, sensaciones.
Puede sonar hasta ilógico, pero esta noche deseaba llorar como nunca, para mañana despertar y sentir que es otro día, otra era, otro momento. Decidí escribir y mis deseos de deshacerme en lágrimas se desvanecieron como el humo del cigarro que no me podré fumar por el hecho de no estar durmiendo esta noche en mi casa.
Quisiera desvanecerme de una vez y volver, desde la nada, desde las sobras, desde toda la escoria que guardo en mí, de los malos momentos, de las tristezas más profundas, de los abandonos fortuitos, de las injusticias que la vida puso en mi camino dejando cicatrices enormes en mi alma.
Pretendo encontrar una canción que haga fluir todo lo que siento esta noche, para impregnarlo aquí y no sentirlo más, pero me reprimen, me hacen cambiar de tópico y de evadir lo que pretendo expresar ahora en ese mismo momento.
Amaría que mi Tata estuviera aún conmigo, escuchar su risa que era lejos lo que más me encantaba de él, comer el mejor pescado frito que probé nunca antes, ir de vacaciones con él, conversar de cosas tontas y de cosas interesantes, escuchar sus historias, sentir la liviandad con que afrontaba un problema y lo solucionaba en dos minutos sin retar a nadie ni generar un caos, extraño el absoluto orden en que todo funcionaba en ese momento, todo estaba en el lugar correcto y cada persona tenía su rol determinado, extraño que se riera de cada vez que iba a su casa y tomaba una taza de café chico y me servía mucha miel y la comía a cucharadas mientras él tomaba té con pan tostado mientras contaba de su viaje al sur y de cada persona anecdótica que conocía. Siento que además de extrañar a mi Tata, extraño cómo era mi vida cuando estaba a su lado, cómo me sentía cada vez que lo veía, que lo escuchaba, que lo sentía cerca de mí, no pegote, nunca abrazándome, pero siempre sentado al lado mío haciéndome reír, extraño lo que teníamos, extraño sentirme así, extraño cada locura que se nos ocurría, extraño todo. Puede que nunca supere esto, de hecho doy fe de ello, ¿Cómo puedes olvidar que la persona que te dio todo, que te regaló los mejores momentos de tu vida, que formó tu carácter ya no está a tu lado de manera física?. Tendré que aprender a convivir con ello, con esa tristeza que me embarga de vez en cuando de una manera brutal, golpea avisando días antes y se expresa de manera inminente y me deja así, de esta manera, hecha mil pedazos en cualquier lugar, sin advertir o esperar en que me encuentre en un lugar seguro, solamente ataca y ya. No creo en la justicia, porque es una utopía inventada para darle más esperanzas (falsas) a la gente para que luche con alguna justificación de trasfondo.
Hoy no quiero nada, puede que tal vez ni quiera desear algo. Siempre he leído que para salir a flote debes tocar fondo, llegar hasta el final del pozo, donde hay unas gotas de agua podrida y un par de ratones merodeando, donde el cemento es tan firme y duro, que te dolerán hasta las entraña que ya no tienes pues la vida perramente te las ha arrancado.
En ocasiones quisiera gritar tan fuerte, que desearía que mi garganta se partiera en la mitad, en vertical, desde mi mandíbula hasta mi clavícula, en dos, en un corte exacto.
Quiero volar, muy alto y nunca caer.
No comprendo por qué siempre en esta fecha la vida me encuentra en la misma posición, en el mismo estado y pensando las mismas cosas, con añadiduras agravantes. Extrañamente estoy realizando mi vida como un día cualquiera y rasgos físicos me debilitan cada vez más: no soporto el frío, antes lo amaba, de hecho me encanta, pero hoy no soy capaz de tolerarlo porque me desespero, comienzo a tiritar, me duelen los huesos y me rindo, debo abrigarme y dejar de sentirlo, alejarme de él.
Con el paso de los días y los desvelos, mis ojos se vuelven más pesados, mi cuerpo más lánguido, provocando que esté en pie un par de minutos para luego correr en auxilio buscando una cama donde dormir y dormir y dormir. Mientras más duermo, más cansada despierto, mientras más horas tenga mis ojos cerrados, menos resistencia tengo a mantenerlos abiertos. Así sucesivamente, la vida continúa jugando malas pasadas.
No comprendo por qué hoy me invadió este sentimiento de incapacidad, de soledad, de agonía, de tristeza absoluta, me molesta la falta de equilibrio, que siempre algo arruine las cosas, que borre la felicidad (o tranquilidad para no exagerar), de que las situaciones se tornan más complejas y se van de mis manos, de que mi invencibilidad se desvanezca, de que mi inmortalidad cada vez resulte más utópica.
¿Qué es lo imprescindible? Las personas que realmente me importan y me han apoyado, en pequeñas o grandes cantidades, ellos. Siempre, por siempre y para siempre.
Dejé de llorar misteriosamente.
Quiero tocar piano, correr, acostarme sobre el asfalto tibio cuando sienta frío, nadar en una laguna, escalar una montaña llena de nieve, aprender a boxear, escribir, comer pan con mostaza, controlar mi melancolía, vivir para siempre, ser mejor, conocer a Almodóvar, trabajar para Pablo Illanes, pisar la arena y que no se impregne ningún grano en mis pies, juntar agua en mi boca y escupirla, no sobresalir, nadar, tirarme sobre el pasto una noche de campo para mirar las estrellas mientras los grillos hacen sonidos, andar a caballo, hacer la invertida, emocionarme en el teatro viendo un montaje de ballet, aprender a tocar guitarra, escribir un guión que sea un proyecto interesante, aportar algo al mundo, crear conciencia social respecto a las patologías congénitas infantiles, leer mucho de muchas cosas, aprender ruso, viajar a Londres, mascar nieve, bucear y tocar los peces de colores, tener una tarde completa de videojuegos, no mentir, ser libre, comprarme lo que yo quiera, completar mi colección de dvds, ir a más conciertos, editar una película, trabajar en ayuda de los perros vagos, saber preparar un asado decente, comer maní confitado un día entero hasta que me aburra, tomar fotos a todo lo que me sea posible, tener mil ideas para escribir acerca de ellas, trascender, ser importante en la vida de quienes me importan, volver, hacer algo y llegar hasta el final sin regresar antes, no arrepentirme, perderle el miedo a la culpa, amar con locura, sentirme conforme, tomar mucho jugo de kiwi, no perder ni un minuto, ser lo que esperan que sea, no decepcionar, una caipiriña, saber hasta donde no llegué y las oportunidades que perdí, escribir algo tan grandioso que sea alabado y apreciado por todos, ir al hipódromo, nadar hasta no sentir la espalda, olvidar, sentir que vale la pena cada esfuerzo que hago, recordar, vivir, ser feliz.

(Título sacado de "hometown glory" de Adele)

2 comentarios:

Camila. dijo...

no estas sola y sí, alguien lee tus relatos, dejame contarte que hay veces que me siento de la misma forma que describes aqui. Animo!

Unknown dijo...

Yo si los leo, y me encanta la forma con la que podes expresarte