martes, 2 de marzo de 2010

Forks



Un terremoto puede ser devastador, de hecho lo es. La desolación es enorme, esa sensación de soledad, tanto ruido en un instante y luego de sucedido todo, un silencio ensordecedor, donde se escucha hasta cómo se mueven los pétalos de las flores. Y hay cosas peores. Para mí las hay. A veces la vida pone tantas pruebas que no son comprensibles, no es algo lógico ni bonito. Ciertas situaciones pueden arruinarte el día e incluso la tranquilidad que pensabas-por fin-haber encontrado. Es frustrante notar que cuando ya no eres una desquiciada de mierda, la vida intenta hacer que vuelvas a esos estados eufóricos, de despreocupación, donde nada importa y tienes todo el derecho de salir corriendo huyendo muy pero muy lejos donde nada ni nadie puede tocarte ni encontrarte. No es que quiera correr. No quiero correr. Tampoco estoy varada. Estoy aquí porque quiero estar, por voluntad propia y con completo consentimiento. No recuerdo quién dijo que la vida era fácil o incluso linda, hoy no lo recuerdo porque no puedo pensar en eso. La vida es difícil y puedes agregarle un adjetivo calificativo o descalificativo (bonita-fea) según la disposición y la sanidad mental del individuo en cuestión.
Si hablara por mí misma diría que tiendo a la debilidad, a ser frágil en ciertos momentos, pero cuando debo sacar las garras por alguien que realmente adoro, lo hago, sin importar a quién pase a llevar o con quién deba pelear para conseguirlo. Sé que es complicado, sé que es difícil y cuesta arriba. Amaría que no tuvieras que pasar por todo esto y evitar que las lágrimas recorran tus mejillas, de verdad. Quizás si te hago sonreír se cumpla la misión o si te digo todo lo que debo: no me voy, me quedo aquí, te acompañaré en todo esto y mucho más, esta prueba nos va a unir más que antes, que eres una pieza fundamental en mi vida, que quiero protegerte, nunca mentirte, aconsejarte, quererte. Así que solamente puedo decir...quédate. Me viniste a buscar y aquí estoy, apesar de la distancia, del tiempo y de la amistad, me viniste a buscar y aquí estoy, a tu lado el día de hoy.
Cuando encuentras tu lugar, no deseas nunca más abandonarlo: no me voy a ninguna parte sin tí.

1 comentario:

lalo-cura dijo...

HOLA! COMO SIEMPRE, ME ENCANTO LO QUE ESCRIBISTE... A VECES LA VIDA PONE PRUEBAS, CASI NUNCA DEL TAMAÑO QUE NO LO PODAMOS SOPORTAR; CUANDO TODO QUEDA DESTRUIDO HAY QUE LEVANTARSE PRIMERO, DESEMPOLVARNOS Y LIMPIAR LAS HERIDAS PARA PODER VOLVER A CONSTRUIR (AL RESURGIR DE LAS CENIZAS SE ENCUENTRA LA VERDADERA GRANDEZA). LAMENTO MUCHO LA SITUACIÓN DE TU PAIS Y ESPERO QUE, EN LO QUE CABE, SE RECUPEREN PRONTO Y ESTES BIEN.
PUEDE SER QUE MIS PALABRAS NO SEAN DE MUCHO ALIENTO, PERO NO SE ME OCURRE OTRA COSA QUE PUEDA HACER POR TI. SALUDOS