sábado, 20 de febrero de 2010

No hay ni un corazón que valga la pena



No sé si la soledad es un estado, una característica, un sentimiento o una virtud. ¿Cuál es el límite entre dejar morir y amar? Puede que haya mucha gente alrededor pero sigues siendo tú, sigues mirando por tí mismo, sintiendo tus propias emociones, palpando tus únicos miedos, soñando tus hermosas fantasías. No entiendo cuál es el afán de tener a alguien a tu lado, de crear un lazo de dependencia que tras una pelea o una lejanía se quiebra por siempre sin vuelta atrás. No comparto mis pensamientos ni mis ideas, son solo mías y en un intento de verbalizarlas (o más bien ordenarlas) las escribo de vez en cuando. Si estás enfermo es tu cuerpo el que duele, si tienes pena son lágrimas que brotan de tus ojos las que hablan por sí solas. La soledad no sé quien dijo que era mala. Tampoco sé quien dijo que era buena. Puede que cada persona tenga en su código genético impresa su compatibilidad con la soledad, un nivel de tolerancia a ella o incluso una inclinación. Te elevas para luego caer, te drogas para luego estar lúcido. Caes para luego elevarte.

(Título sacado de "No hay ni un corazón que valga la pena" de Miguel Bosé)

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