sábado, 14 de noviembre de 2009

Para así saber si aún estoy viva


Solamente hay que buscar, depende de la disposición de encontrar la forma correcta de borrar la eterna pesadilla que me ha venido dañando tanto tiempo, todas las noches mientras no sabía si aún estaba viva, cuando agonizaba entre sollozos, cuando no veía nada más que mis lágrimas hidratando tus pies. Despacio mi corazón iba muriendo, de a poco, a pausa, lento, doloroso, sin pausa pero a golpes. No sé si sé lo que realmente recuerdo. Odio no acordarme de todo lo oscuro que viví, porque al instante de toparme con tu voz, lo olvido, prefiero omitirlo para no culparte, para no odiarte, para no avalanzarme sobre tí con mis puños fuertes y arremeter contra tu cara y tu sonrisa cínica. Nunca más supe cómo podría respirar, cómo podría volver a sonreír. En muchas ocasiones me planté de pie frente al espejo, sosteniendo las comisuras de mis labios con mis dedos, para no olvidar cómo era un esbozo de una sonrisa mía, de mis dientes brillando contra la luz. Tuve miedo de no poder ver cómo sonreía, de convertirme en otra versión mía, en una melancólica, una triste, un alma en pena que dejó de ser persona por todo lo que tuvo que sufrir, por el daño causado y por ese corazón hecho trizas. A veces me imaginaba los trozos de mi corazón flotando por mi flujo sanguíneo, pensé que no podría unir las partes, que cuando vomitara, partes de mi corazón saldrían de mi boca, para luego perderse con el agua que corre veloz en el lavamanos. Tuve miedo, tengo miedo, tendré miedo. Yo sé. Lo presiento. No tienes a quien mentirle ahora. Son cosas que duelen. Las estrellas día tras día vuelven a su hogar, con la enorme estrella madre para cobijarse, para protegerse de la maldad. Mi energía y mi luz fueron absorvidas en una sola inspiración. Inhalaste y me quitaste todo. Me dejaste entre tinieblas, viviendo en las ruinas de mi propia vida. Las bases de estos simientos propios se han destruído, mi vida es un terreno baldío, donde anteriomente había un palacio, enorme, lleno, hermoso. Todos se ponían de pie a contemplarlo. Hoy es un montón de escombros, olor a cemento y un par de vagabundos alcohólicos duermen ahí de vez en cuando luchando para que no sigan estropeando el lugar con las rayas en las paredes.

(Título sacado de "Tuve que herirme" de Nicole)

No hay comentarios: