viernes, 6 de noviembre de 2009

Con esa libertad, quizás encuentres algo de paz


Es una forma idiota de enfocarme, de tranquilizar los demonios que transitan por mi cabeza. "Demonio" suena a hipérbole, a algo enorme, a una estupidez suprema, a algo que no tiene final, solamente un principio. No son demonios realmente, admito que exageré. Son pensamientos, recuerdos e ideas. Es la luz blanca que alumbra mis ojos la que hace que los entrecierre y me moleste mirar, no querer ver la realidad o simplemente no vivir en una. Puede que mi vida sea ilógica, muy pensada para ser real, demasiado conciente para ser humana. Anhelada perfección, impura sensación, la búsqueda constante de algo más grande que yo, más poderoso que mis propias acciones e intenciones que pueda gobernar mis pasos. Hoy los gobierno yo con mucho cuidado, temerosa a tropezar, a dañar, a caer sobre las espinas de las rosas sin tener la posibilidad de que valga la pena teniendo la desgracia de no poder haber disfrutado de la fragancia de los pétalos siquiera. Esa sensación me paraliza: conocer el final doloroso sin haber apreciado la mejor parte, la alegre, esa que te llena de vida, la que te devuelve el alma al cuerpo. Es difícil a veces no mirar hacia atrás, lejos, por allá donde naciste varios años atrás, donde te inventaste una, dos, tres, cuatro, cinco o seis veces. Siempre eres la misma persona. Eres el mismo cuerpo, la misma cara, las mismas manos y los mismos pulmones. Siempre lucharás por respirar, por más que estés naufragando, en medio del mar, solamente rodeada por agua ahogándote, siempre lucharás por respirar. Te reinventas varias veces luego de sufrir, luego de caer, luego de morir. No sé si existen las reencarnaciones o las otras vidas, eso que comentan las antiguas culturas que al morir el alma flota por el aire y busca un cuerpo para habitar. No sé si eso suceda. ¿Cómo el alma sin tener ojos puede encontrar un cuerpo? Puede que esa sea la ironía cruel de toda la historia: nadie te dijo que encontrarías nuevamente un cuerpo como tal. No necesariamente tu alma caminaría mediante dos pies. Puede que tengas ocho patas y tejas una tela colgando del techo, brillar en la estrella más pequeña del cielo o ser una fragancia encerrada en una botella de perfume. Quizás debería creer en eso de la otra vida, de llegar a otra época, a la Edad Media, a la prehistoria o lo que sea. Puede que por incrédula me quede sin mi segunda oportunidad. Una vez escuché que era mejor creer en Dios y rezar incluso aunque no estes convencido de su existencia, porque puede que un día mueras y llegues al cielo, veas una luz enorme y Dios abra sus brazos para recibirte o te ignore porque fuiste ateo. Y ahí, cuando te quite la mirada, cuando esquive tu presencia, tal como en los concursos de televisión, entre la puerta "a" y la puerta "b", te invite cordialmente a la puerta roja que está en el suelo, donde hay un señor con cola larga terminada en punta y un tridente limándose los dientes esperando por tu pecaminosa alma.
No sé si creer en eso de la reencarnación en otra vida, en otra persona que no tiene tu mismo nombre que aparece en tu identificación, que no tiene tu misma fragancia ni tiene tu mismo color de ojos. A veces dicen que inclusive puedes ser del sexo opuesto a lo que fuiste en esta vida. Probablemente sea verdad. Posiblemente sea mentira. No he conocido a nadie que me haya dicho "¿Te cuento un secreto? Vengo de otra vida, yo antes fui un caballero en la época de las Cruzadas y hoy soy solo un hombre que estudia ballet". Nunca nadie ha venido de la otra vida a contar. Y las regresiones, puede que sean verdad, como puede que sean ilusiones en los cerebros ajenos que solamente quieren expresar lo que personas morbosas por conocer lo desconocido desean oír. Las vidas se viven aquí, mientras te reinventas, mientras eres distintas versiones de tí: atormentada, feliz, decepcionada, mentirosa, traicionada, promiscua, inocente, pura, dulce, dócil, triste, enamorada, abandonada, quebrada, destrozada, armoniosa, pensativa, idiota, impulsiva, condecendiente, fría, amistosa, sociable, viciosa, eterna. Soy todo y soy nada. Mi corazón es todo lo que necesito, o al menos quiero creer eso. Hay tantos caminos que debo recorrer que tengo pánico a tomar el equivocado. Juré ser el orgullo, me prometí ser la ilusión hecha realidad, que la mirada de éxito depositada en mí se haga algo tangible, que las cartas que me han entregado con mucha expectativa yo sepa usarlas y lucirme en el mejor juego de póker de la historia, ser la seguridad, la verdad, la justicia. Sacaré de mi bolsillo esos polvos mágicos para cuando quienes realmente importan me miren a los ojos y deseen que yo haga algo que ellos por motivos adversos de la vida no pudieron y paf! fantasía realizada.

(Título sacado de "Stoned" de Dido)

3 comentarios:

Las Horas dijo...

Me gustó mucho, tienes la facilidad de hilar varias ideas, una tras otra con un ritmo apacible, después frenético, pero sobre todo nostálgico. Saludos.

Las Horas dijo...

Me gustó mucho, tienes la facilidad de hilar varias ideas, una tras otra con un ritmo apacible, después frenético, pero sobre todo nostálgico. Saludos.

Las Horas dijo...

pd: no sé porqué duplicó el comentario JO