No es suficiente para hacer las cosas correctamente. No puedo sentir nada, mi corazón no quiere pensar. La verdad duele pero la mentira te destroza, te deja heridas profundas de las que nunca te recuperarás. Nos convertimos en polvo, en el escuálido recuerdo de lo que fuimos, del amor más profundo que pudo existir. Volví al fuego sola, donde ya no tenía nada más que hacer, donde mis lágrimas no podrían traerte de vuelta nunca más, donde siempre dolió, todo dolió. No pudiste hacer las cosas bien, nunca. No puedes intentar atar la cuerda una vez que se ha cortado, no puedo decirte algo que no sea verdad. Las ánimas vuelven aquí de cuando en vez a recordarme lo que tuve, lo que me pertenecía, a lo que pertenecí, de quien fui, mientras me quemo en el fuego, en una enorme llamarada que no me deja dormir tranquila día tras día, incluso en las noches cuando el estúpido silencio no me deja en paz. Quizás sea la última oportunidad que tenga de experimentar esta sensación, me rompiste y todo se volvió tan irreal. Cuando hablo, es como si un idioma diferente naciera de mi boca con un tono de voz que no me pertenece mientras mis labios sangran por todos los besos que alguna noche en mi cama te di sin parar cuando pensaba en el amor eterno, en una vida compartida e ilusiones por realizar. ¿Cómo puedo mantener esta situación? ¿Cómo puedo soportarlo? Me volví polvo y solo me queda soplar o esperar que alguien lo haga, quizás el viento otoñal que siempre me ha encantado me ayude y vuele en partículas desgranadas por el cielo para nacer en otra, en otra cosa, en otra persona, para caer en otro sitio donde el agua y el calor me unan, donde cada partícula pequeña como la sal se junte con otra y me reinventen, con ayuda del destino y de mi fuerza, a ser otra persona, a renacer entre tanta basura y escombros, donde las moscas que tienen aburrida de su sonido aturdidor que avisa su presencia. Creo que tanto tú como yo sabemos que ya es muy tarde. La verdad no dolió pero la mentira me destrozó. Te amo menos que antes, mucho menos y es una sensación tan desagradable, porque mi mayor miedo se ha materializado. Cuando una emoción va en declive, no puedo detenerlo, es como deslizarte en un barranco donde la caída libre cada vez que te acercas al suelo es mayor, la velocidad aumenta y el peligro inminente de hacerte trizas en el asfalto también. El día que mis sentimientos se estancan y mi corazón deja de bombear sangre para amar, no puedo volver a hacerlo. El olvido toma parte y el orgullo, comenzando una carrera meteórica entre ambos, la cual no puedo evitar, además admito que prefiero no interferir. No sé qué estoy haciendo mientras juego en una casita de muñecas donde el techo está en ruinas y el viento se cuela por las rendijas de las ventanas carcomidas por las termitas. El tren emite un silbato que indica que ya emprenderá su marcha, y yo solamente quiero saber si lo estoy haciendo bien. Tengo dos cuerdas en mi mano y no sé si quiero hacer un nudo para unir todo, para soñar con una realidad pasada que me encandiló y me devolvió a la vida, que me entregó muchas alegrías, sueños y fuerza. Sigo ardiendo en el fuego y mi cuerpo paulatinamente se consume, me derrito como un trozo de mantequilla al sol de una mañana de enero en el campo. No puedo decirte algo que no sea real. El asistente de cabina comienza a gritar que en unos segundos el tren debe irse por lo que todos deben tomar su equipaje ya que no se harán responsables por pérdidas. Ni siquiera me puedo convencer a mí misma. Al mirar en aquel vidrio mi reflejo, mi mirada, son los ojos de alguien más, ya no estoy en mi cuerpo, no es mi cuerpo, creo que mi alma emprendió camino hacia otro lugar, hacia otra persona que realmente tuviera ganas de experimentar el amor, cosa que ya no me interesa. El tren comenzó a andar y solamente lo miré de lejos, porque sabía que por más que corriera, ya era tarde. Nada es real. Es como seguir un tren cuando sabes que es muy tarde.
(Título sacado de "Broken Strings" de James Morrison ft Nelly Furtado)
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