domingo, 1 de noviembre de 2009

En mi corazón aún puedo escuchar tu voz (en mí sigues latiendo)


Esta noche son tantas emociones las que hacen latir tan fuerte mi corazón que golpea mi garganta. Te extraño y eso es algo claro, no es novedad. Desde que te fuiste parte de mi corazón ha muerto, es netamente un tejido que no tiene movilidad, ni siquiera bombea sangre. Solamente la vida sabe cuanto me duele tu ausencia, como moría lentamente desde que te marchaste. Tu cara aún está aquí, al ver mi reflejo en el espejo observo que ya no estás aquí, que perdí el brillo en mi cara desde ese día que mi risa suena diferente y que la amplitud de mi sonrisa ha cambiado. Aprendí a fingir, a buscar motivos para decir que estoy feliz cuando aquello es mentira, cuando espero camuflar mis emociones y pretender que nadie conozca mi dolor cuando duele haberte perdido, lo difícil que me resulta no verte todos los días.
Siempre te amé y tu lo sabes, siempre serás mi adoración, mi todo, el hombre de mis sueños, el que llegó sin caballo blanco ni rosas en la mano pero sí con un enorme corazón dispuesto a regalármelo, a buscar mi felicidad a como de lugar. Te juro que de no ser parientes, de no ser tu nieta me casaría contigo a ojos cerrados.
No sé si puedes verme o escucharme, tampoco sé donde estás ni cómo encontrarte, pero sé que me has cuidado en los errores que pude cometer, pero tú me regalaste otra oportunidad desde allá, desde el cuelo, me alejaste de todo mal, me hiciste recapacitar. Creo que nunca te cansarás de cuidarme. Ojalá sea así porque tengo miedo y me siento desvalida sin ti, la vida es tan diferente ahora, tan vacía, los colores aparecen de forma intermitente. Aún no puedo creer todo lo que ha sucedido. Me haces tanta falta y por más que lo evite te extraño, te adoro y amaría volver el tiempo atrás, haber vendido mi alma al diablo con tal de tenerte aquí, tener una vida maldita con tal de que estuvieras a mi lado comiendo miel. Me duelen los ojos, me duele el alma. No sé cómo acepté que te llevaran, no sé por qué no me opuse, pude haber fingido un ataque y raptarte. No sé si Dios o algo más grande que tú y yo decidió que era tu momento, pero yo sé que se equivocó, porque la vida tiene otro sabor, un matiz diferente. Mi vida no es la misma sin ti. Estoy vacía.

(Título sacado de "De siempre" de Leche)

1 comentario:

Unknown dijo...

pah que fuerte, es ralmente lindo, mi abuelo tambien fallecio, y lo que escribiste me llego, es hermoso